miércoles, 29 de enero de 2014

Una de las 20 alegrías, es mía

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"Papá y yo, a veces"
editado por Calibroscopio,
es uno de los 20 premiados





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Cuatrogatos y una historia

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Cuando hacía poco que trabajaba como ilustradora, cuando todo eran primeros pasos, primeros intentos, también llegó a casa la primera computadora.
Primero aprendí a usar el editor de texto, después a manejar algunos programas de diseño, por necesidad.  Necesitaba trabajo y mi oficio de tablero como diseñadora estaba en desuso. No podía presentar mis ideas a concurso a mano alzada…
Así, aprendiendo a trazar curvas, paralelas y círculos llenos de nodos, ganamos, junto a una colega, aquel concurso.
Poco después llegó un cable que, vía teléfono, me acercaba un mundo: internet. Por mucho, muchísimo tiempo nadie podía comunicarse por esa vía, el teléfono. Daba ocupado, incluso hasta las cuatro de la madrugada, hora en que me dedicaba a navegar por el mundo, y ver y mirar y hasta escuchar. Algo impensable para mí, unos años antes.
Así, en aquella época, navegando por ese mundo descubrí un sitio en internet: Cuatrogatos.  Ahí leí y leí reseñas de libros nuevas y viejas, recorrí el archivo de arriba abajo, de clic en clic, asombrada. Por aquella época, en Argentina, la crítica de libros para niños, era prácticamente nula, y mucho más nula la crítica de ilustraciones de los mismos libros.
Cuatrogatos se convirtió en una especie de diario al que volví cada día durante mucho tiempo. Así me enteraba de lo que pasaba en el mundo, el mundo de los libros para chicos.
Por la misma época, apareció Imaginaria. Entonces, Cuatrogatos primero (para mí) e Imaginaria después, se convirtieron en puntos de referencia.
Un día la página web de Cuatrogatos se detuvo en el tiempo. Lo lamenté. De todos modos, regresé una y otra vez, hasta que muchos años más tarde, reaparecieron (los Cuatrogatos) con un blog. ¡Alegría!
En fin… esta pequeña historia es para poder explicar la felicidad y la alegría que me provoca recibir este reconocimiento de una fundación que fue y sigue siendo un lugar desde el que miro gran parte de este mundo, el de la literatura infantil y juvenil. Nunca habría imaginado que después de mirarlos por tantos años, un día me verían.

¡Mil gracias Cuatrogatos! ¡Mil gracias Sergio y Orlando por seguir poniéndole garra y hacerme parte!




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