martes, 1 de enero de 2013

Viajar - Parte II - San Pablo


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En San Pablo me recibió Jorge, con sol, pero al rato llegó una lluvia que no me dejó hasta que partí. Por suerte ahí estaban Jorge o Giba, “os motoristas da Callis” para llevarme de una punta a la otra. Viajes o encuentros en escuelas, o almuerzos, cafés y helados, que compartí con María do Socorro, Idenize, Janette, Patricia, Bianca, Isabel.
Esa primera tarde, a la hora de abrir los paraguas, me buscó Miriam, editora de Callis. Caminamos, conversamos, visitamos librerías y cenamos juntas.

Los dos días siguientes me levanté al alba, cosa que no acostumbro, para salir al encuentro de chicos y maestros. Encuentros que compensaron con creces los madrugones y me llenaron de energía.

Cabe aclarar que fue el libro “Papai e eu, às vezes” el que me llevó de viaje, con la invitación de Callis -mi editora- y FLIPORTO, gracias a Antonio Nunes.

Primer encuentro:
Colegio Gibran - Ciudad Taboão de la Serra.

Me buscaron María do Socorro y su esposo, que era quien manejaba. Costó llegar porque el tránsito de San Pablo es imposible a esa hora y mucho más con lluvia. Tan imposible es que existe una radio sólo para transmitir el estado de calles, avenidas y autopistas, lo cual les permite a los conductores, ir haciendo eses para intentar esquivar los lugares de congestión.

Allí tuve dos encuentros, con distintos cursos y sus maestras. Chicos de diez y once años,  atentos, tímidos al principio, abrazadores después. Hablamos de la vida, de los padres, del respeto, de las ganas, de las pasiones, de las obligaciones, del derecho a elegir. Como dijeron ellos, “la vida es así, a veces sí, a veces no, a veces…” y agregaron "mais é bacana".

Lo único que me apenó fue el tiempo, la hora escolar, que hizo que termináramos cada una de las charlas, un poco rápido para mi gusto.
¡Así y todo, dediqué todos y cada uno de los cuadernos con un dibujo!


Uno de los grupos con los que estuve esa mañana.


Segundo encuentro:
Colegio Marupiara - Ciudad de Guarulhos.

Llegué muy temprano. Jorge había calculado que con el terrible tránsito de San Pablo, tardaríamos mucho en llegar. Nos adelantamos más de una hora. Pero me esperaban.
Me recibieron, me acogieron, me mimaron. Recorrí el colegio con Rosa Cleide (Rosinha), una bibliotecaria más que sonriente, llena de energía y amor por su trabajo. En la recorrida me presentó a sus colegas, profesores, directora y director…. mucha gente.
Una de las primeras cosas que vi fue este cartel, hecho por adolescentes de la escuela.



Vi también ingeniosas construcciones hechas por los chicos para reciclar plástico, latas, papel.
Mariela me llevó a la huerta, llena de brotes y árboles de frutas locales. Siempre me maravilla que en una escuela haya, además de libros, huerta.

Más tarde llegó Patricia, de Callis. Nos reunimos al lado de la biblioteca donde me ofrecieron de comer y beber mientras conversábamos.
Eran las 17 hs. y el encuentro estaba programado para las 19 hs., con padres, alumnos y docentes. Pero ocurrió algo que hizo que la mayoría de los padres y sus hijos, no llegaran: “Toque de guarda”, en español Toque de queda. Para quienes no saben de qué se trata ni lo que está ocurriendo, pueden leer algo acá para tener una idea. 
Pasadas las 19 hs. nos juntamos, los profesores, los padres que habían podido llegar, y yo.


Me presentó el Sr. Armando, director del Colegio.

Y empezó la charla. Esta vez con proyección de imágenes. Hablé de mi trabajo, de distintas experiencias con distintos libros, mostré algunos de ellos y también parte del proceso de trabajo de “Papai e eu, às vezes”.



Como muchos de los profesores habían formado parte de una experiencia que se hizo en el mismo colegio, de estudio de castellano, me pidieron que hablara en mi idioma. ¡No fue fácil; venía entrenada desde hacía muchas horas hablando en portugués!
Hubo mucha participación de quienes me escucharon, muchas preguntas, lo cual, cuando una habla y muestra, y se expone, es muy gratificante.

Para terminar, recibí de manos de Marie, directora del colegio –en nombre de todos- dos bellísimos regalos: un collar y un furoshiki y dediqué muchísimos libros. 


Marie



Aryella y Natalia



Tatiana




Rosinha (a mi lado) y Mikaelle



Marie y el ikebana hecho por ella para recibirme.

Un gracias gigante a Rosa Cleide (Rosinha) por las fotos.


No pude dejar de probar hacer envoltorios con mi furoshiki... acá, mis intentos.


Furoshiki y collar


Kousa Tsusumi


Bin Tsusumi 2


Otsukai Tsusumi


Tercer encuentro:
Escuela Municipal Raquel de Queirós - Ciudad Guarulhos

Cerca las 8.30 hs. pasaron a buscarme Bianca y Giba (Marcelo). Llegamos allá a las 10 hs.

La escuela es un jardín de infantes, para chicos de dos a cinco años.
Me esperaban un montón maestras que habían leído mi libro, de distintas formas, con los chicos: dejándolo sobre la mesa para que los chicos lo abrieran, leyéndolo en voz alta, mostrándoles o no las imágenes.
Escuché. Lo primero que dijeron fue que era un libro difícil para chicos. Cuando pregunté por qué, respondieron: porque es en blanco y negro, porque no entienden… no saben qué es una máquina de escribir, nunca vieron una… alguna maestra comentó que si le preguntaban qué hacían los gatos en el techo no habría sabido cómo responder.
Después de escuchar les dije que quería leérselos y mostráselos a ellas. De a poco fueron descubriendo los lenguajes que aparecen en este libro, la imagen y la palabra unidas, inseparables, la tipografía, los estilos de dibujo, el diseño, el formato, la ausencia de color. De a poco, también, empezaron a aparecer recuerdos, padres, madres, situaciones donde no siempre, donde a veces. Y creo, al menos eso sentí, que fue a partir de ahí que pudieron acercarse al libro de otra forma. Y no es improbable que la próxima lectura que hagan con los chicos sea diferente. Esa reunión, terminó con abrazos y mutuos agradecimientos.


Leí también Hay días

La que está arrodillada al frente, es la bella Bianca.

Más tarde recorrimos la escuela. Pasillos con bibliotecas a la altura de los chicos, huertas hechas en botellas de plástico, dibujos por todas partes… Ahí descubrí un panel que decía “Papai e eu, às vezes” con dibujos de chicos de dos y tres años absolutamente increíbles. Fui a la sala de los chicos que habían hecho esos dibujos. La maestra, una que no estuvo en la reunión, se los había leído, mostrado y había conversado con ellos.



De pronto se me acercó un chico con mi libro en la mano y me dijo que me lo quería leer. Nos sentamos en el piso. Y a medida que daba vuelta las páginas y señalaba con el dedito parte de los dibujos, me contaba su historia, la de él y su papá. Me dejó sin palabras.


Mil gracias, Bianca, por las fotos.

Al día siguiente, pasado el mediodía, me buscó Jorge y me llevó al aeropuerto para tomar mi vuelo a Recife.


Con Jorge, justo antes de partir.

Como decía en Viajar - Parte I, no tengo fotos de muchos momentos ni de mucha gente con la que compartí esos días. Pero están conmigo. Les agradezco a Miriam y a todo el maravilloso equipo de Callis por tanto mimo.

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1 comentario:

Jorge Ramiro dijo...

Como tenia ganas de viajar a Brasil, estaba buscando acerca de diversas ciudades del país para saber a cual voy. Yo vivi muchos años en la ciudad de Buenos Aires, pero desde hace un tiempo que estoy residiendo en los apartamentos en san bernardo y es un placer poder vivir frente al mar, por eso quería conseguir un lugar para irme de vacaciones con lindas playas